Un gran profesor de Psicología me transmitió la enorme importancia de la "claridad mental" en todas las decisiones que tomamos en el día a día, en nuestra vida.
Y a lo largo de mi experiencia como terapeuta veo, una y otra vez, cómo aquel profesor y psicólogo sabía bien lo que nos decía. Cuando acompaño procesos personales y las dificultades que van emergiendo, me doy cuenta de cómo dar luz al interior de cada persona, ofreciendo un espacio para que cada emoción hable y diga lo que quiere decir, lo que necesita, lo que está harta de que nadie escuche, lo que a menudo impiden que diga... se vuelve un momento mágico de confianza en el encuentro terapéutico. Esto tiene como premio una mayor claridad de pensamiento de la que traía la persona al principio de la sesión y con esta mayor claridad interna las decisiones dejan de cargar con dudas, volviéndose más sencillas. Esto no quiere decir que todas las decisiones se tornen fáciles pero sí siempre más claras y sanas, ya que esta claridad emocional y mental hace que la persona dude menos de sí, se comprenda mejor, se culpe menos, identifique mejor sus carencias y también sus fortalezas... De hecho, la falta de claridad interior suele ser el principio de cualquier proceso ansioso o de ánimo depresivo.
Así, doy gracias a todas las personas que me permiten disfrutar de poder acompañarles y vivir a su lado estos momentos mágicos de crecimiento interno que siempre relucen también por fuera.
Begoña León
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